La Ley de la expectativa dice que tu perro responde a los comandos y a su entorno de una manera directamente proporcional con la forma en que tu esperas que él responda.
Parece una clase de matemática pero no lo es. Simplemente es la conclusión de la observación de muchos clientes trabajando con sus perros.
El asunto es sencillo: si tu confiás que tu perro obedecerá a una orden, el lo hará. Y esto es aplicable a cualquier otra conducta o relación con tu perro.
Por ejemplo: el perro de un dueño muestra un comportamiento posesivo sobre un hueso o un juguete. El propietario intenta coger el juguete con mucha aprensión y manteniendo la distancia, así que el perro responde guardando posesivamente el juguete y incluso saliendo corriendo con el juguete en la boca.
Se acabó el juego.
Entonces, me acerco al perro y cojo con calma el juguete. El perro se da por vencido sin siquiera intentar responder de una forma posesiva. Y el propietario se queda con la boca abierta, seguido por el comentario de sorpresa que a menudo se escucha (tan bien conocido por los entrenadores de perros profesionales) «¿Por qué conmigo no lo hace?»
La respuesta es sencilla: los perros son expertos en leer el lenguaje corporal, incluso mejor que los seres humanos. Y reaccionan obedeciendo mas a tu lenguaje corporal que no a tus ordenes o palabras.
Si actuás con confianza cuando das las órdenes a tu perro, y confiás en que tu perro obedecerá entonces el lo hará. (…siempre y cuando utilizas las técnicas adecuadas, claro).
Si no confiás en tu perro, olvidalo!
El perro sabes que no te mereces su respeto y seguirá haciendo lo que quiere.